La asociación Red TERRAE junto con el Ayuntamiento de Elburgo han organizado un Campus Rural, en el que he tenido el placer de participar durante este verano tras finalizar el grado sociología.
Se trata de un campus de tres meses de duración en los que las participantes hemos podido colaborar activamente en proyectos relacionados con la agroecología en los municipios rurales que están participando en este ilusionante proyecto.
Para situarnos, la agroecología es una disciplina que estudia los componentes y características agrícolas, buscando sistemas que mejoren la sostenibilidad y optimicen y estabilicen la producción.
En este ámbito, el Ayuntamiento de Elburgo, está trabajando en varios proyectos que, sin duda, contribuirán a crear valor en un futuro cercano:
Por un lado, el Ayuntamiento está trabajando en la creación de una tienda local para el municipio y su entorno denominado Denda txiki. La tienda pretende incentivar el consumo de productos de cercanía de nuestros productores locales y productos de comercio justo y ecológicos, promoviendo y educando para una alimentación sana y de calidad.
Mi trabajo en este proyecto ha consistido, principalmente, en conocer las demandas y sugerencias que las distintas personas que viven en el municipio tienen. Para ello, he conocido diferentes experiencias y buenas prácticas que se han desarrollado en la comarca y que tienen la misma ética que busca Denda Txiki (Bioalai, el economato de Ozaeta…). Asimismo, se ha tratado de favorecer la participación ciudadana trabajando mano a mano con vecinos y vecinas que han sido entrevistadas de manera directa para conocer sus opiniones y sugerencias. De manera más global, he compartido una encuesta sobre hábitos de consumo entre la ciudadanía que, sin duda, será de gran ayuda en la definición del plan de funcionamiento de Denda Txiki.
El Ayuntamiento de Elburgo también se encuentra realizando una labor de recuperación de la memoria de las personas agricultas. En concreto, se está trabajando por recuperar la memoria de los agricultores y agricultoras, en el que he colaborado mediante entrevistas a personas mayores que hayan trabajado y vivido en el campo. Es una forma de conservar las tradiciones y costumbres que se han venido utilizando, así como de reconocer unas labores que han definido la historia del municipio.
Finalmente, he podido participar en el análisis y reflexión que se ha empujado desde el municipio sobre las “viviendas de acogida”. Como proyecto de interés social, se busca analizar la perspectiva de la vivienda rural; pues nos hallamos ante una evidente falta de viviendas de alojamiento temporal y de alquiler para personas que vengan a trabajar o a realizar estancias cortas en los pueblos, obligando finalmente a estas personas a depender de las ciudades para alojarse. Al analizar el mercado en profundidad, en la mayoría de las zonas rurales nos encontramos con casas en venta, que, por lo general, requieren de una reparación con gran inversión inicial; y, por el contrario, en muy pocos casos se encuentran vivienda en alquiler en los pueblos más rurales.
De esta problemática surge una idea aún en formación: las “viviendas de acogida”. Se trata de viviendas que se encuentren habitadas, donde la familia propietaria dispusiera en ellas de espacio para alojar temporalmente mediante la figura del alquiler de habitaciones y uso de zonas comunes con zonas comunes a personas que quisieran habitar en el municipio por periodos inferiores a un año.
Este proyecto viene promovido por la necesidad de alojamiento, pero también por la cada vez mayor longevidad de las personas de los pueblos, que en muchos casos cuentan con casas familiares habitadas por una o dos personas y disponen de mucho espacio en sus viviendas que no necesitan. Con esta iniciativa no solo se daría solución a la falta de viviendas de alquiler en las zonas rurales, sino que se promovería una socialización con las personas del pueblo, compartiendo cultura y costumbres con las nuevas inquilinas temporales. Desde el ayuntamiento y mediante el proyecto correspondiente, se garantizarían ciertos requisitos y normativa de uso, que asegurarían la convivencia conjunta a mayores de un alquiler convencional, buscando la introducción de jóvenes trabajadores y la experiencia nueva a las familias y personas del lugar donde éstas vayan.